Para los que se traumaron con AVATAR tanto como esta escritora, además de los amantes del cine y todos estos aparatos creadores de genialidad aquí les dejo una nota que seguro les va a fascinar... Dedicada a uno de mis dos lectores al que hace un par de semanas se la había negado, aquí está con todo cariño.
Es una mañana de diciembre de 2007 en las afueras de Wellington, Nueva Zelanda, y estoy en el hiperrealista set de filmación de Avatar, justo al lado de James Cameron. El director está visiblemente alegre. Hoy es un buen día porque nada ha ido mal. Incluso la iluminación está registrando los tonos azul y verde a la perfección por primera vez en varios días. El plató, que se encuentra en los estudios Weta Digital de Peter Jackson, refleja el interior de una base de operaciones situada en una luna extrasolar, en el futuro. El instrumental de los puestos de trabajo, los monitores flexibles de plasma, los microscopiosy los tanques de fluido amniótico donde reposan los avatares están hechos de acero y resinas, y acabados hasta en sus más mínimos detalles. Hasta la información geofísica sobre el planeta está impresa en manuales que reposan en un anaquel. No importa que buena parte de todo ello nunca salga en la gran pantalla.
La actriz Sigourney Weaver, que encarna a una fogosa científica pelirroja, está inclinada sobre el protagonista, el actor australiano Sam Worthington, un ex marine que acaba de despertar de su letárgica conexión con los Navi, la raza nativa de este mundo alienígena llamado Pandora. El satélite, una de las 28 lunas del gigante gaseoso Polífemo, está lleno de vida y recursos minerales que los humanos queremos explotar a toda costa, para lo cual hemos acudido a la tecnología de los avatares. Se trata de seres-probeta creados por los científicos en la Tierra a partir de ADN extraterrestre y humano. El producto es una nueva criatura que posee las ventajas de un cuerpo Navi, pero que puede ser manejado por una mente humana. Este avatar tiene la habilidad de pasar de un mundo al otro, supuestamente para beneficio de los colonizadores terrícolas. “Sam, estás desorientado”, interviene Cameron. “La miras, pero tus ojos no enfocan. Entonces, filmo fuera de foco y después pongo la visión que tuviste fuera. Sigourney, tú eres suave pero intensa. Recuerda que él está en transición entre los dos mundos, pero cada vez se quiere quedar más tiempo en el otro lado... es como una droga”. Weaver repite: “Jake. Mírame. Jake. Regresa, muchacho. Eso es… Estabas más enterrado que una garrapata. ¿Está seguro el avatar?”. Cámaras estereoscópicas
La filmación es monitorizada por un mínimo de 30 personas, enfrascadas en diferentes tareas. Las más obvias son los operadores de las flamantes cámaras estereoscópicas que Cameron desarrolló y perfeccionó durante una década con Vince Pace. Son complicados artilugios con dos lentes paralelas, como si fueran un par de ojos, montados de dos en dos sobre cuatro grúas que se mueven sin producir un sonido. Cada par converge en un mismo punto desde direcciones opuestas, buscando una alineación óptica perfecta: la base de una filmación en 3D. Comparadas con las cámaras tradicionales de cine, estas son bastante pequeñas. De hecho, un operador tiene dos de ellas colocadas a modo de steadicam en el pecho. Eso es algo que nunca se había hecho antes.
“Cada una pesa sólo 6 kilos, incluidos los anclajes”, me dice Cameron. “Yo mismo uso una como cámara de mano. Las 3D estaban en la Edad de Piedra mientras requirieran algún tipo de película”, añade revisando dos grandes monitores que representan a ambos ojos, y que muestran en 2D el playback de lo que acaba de filmar. “Eran monstruosamente grandes y pesadas. Tenían que llevar el carrete, las baterías, las lentes... Todo en el mismo lugar. Cualquier movimiento las desalineaba y arruinaba horas de trabajo; además no se podían poner en un steadicam o en un tren. Por eso, en Avatar utilizamos medios digitales. Ahora mis cámaras sólo están conectadas por delgados cables de fibra óptica. Y tengo un sensor que permite que la grabación se lleve a cabo en otra parte por control remoto. Me da una libertad increíble. La cámara también me deja ver el 3D en tiempo real mientras filmo. Además, puedo ver los personajes y los decorados generados anteriormente por ordenador, al tiempo que la escena que estoy rodando en vivo, lo cual me da todavía más exactitud en el enfoque. Por cierto, es un invento nuestro”. Tecnología e-motion
La película también es pionera en el uso de la tecnología e-motion capture. Esta utiliza minicámaras colocadas en las cabezas de los actores para replicar sus expresiones y hacer que los personajes generados por ordenador parezcan aún más reales. Durante esas escenas los actores trabajan en un estudio vacío, y los efectos especiales se agregan después. Ahora bien, la tecnología 3D no es precisamente nueva. Se inventó en los años 50 del siglo pasado, aunque la calidad dejaba mucho que desear: el público debía esforzar mucho la vista, los colores salían aguados y los efectos tridimensionales eran muy forzados. Un ligero desfase entre imágenes filmadas simultáneamente producía dolor de cabeza al espectador.
“Usamos otro truco para proporcionar a la gente una experiencia 3D más intensa: la distancia interocular y la convergencia de las tomas”, dice Cameron señalando las dos lentes gemelas de una de sus cámaras. “Estas lentes se acercan y alejan una de la otra para darnos lo que conocemos como visión estéreo o interocular. Entre más separadas estén, el efecto 3D es más exagerado. Lo usamos para las tomas de largo alcance, donde el sujeto está relativamente lejos. Para primeros planos, acercamos laslentes. Nuestras cámaras hacen este proceso rápidamente y lo integran de forma natural. Por eso, se llaman cámaras de fusión 3D digital. También son capaces de ir hacia un punto y enfocarlo. Es lo que denominamos convergencia activa, y sirve para que la vista no se fuerce tanto cuando se ven este tipo de imágenes, pues la cámara lo hace por ella. ” Según Jim Gianopulos, uno de los tres presidentes ejecutivos de la cadena Fox, “el 3D digital es un salto aún mayor que el que se dio cuando se pasó del cine mudo al hablado. Aquello fue una evolución del medio, mientras que la tecnología 3D digital supone una transformación del mismo”, afirmó en entrevista en Wired.
John Landau, productor de Avatar, está de acuerdo. “Con el 3D digital está ocurriedo en la parte visual lo mismo que con el sonido cuando pasamos de 2 a 6 bandas. Y por eso Cameron esperó 12 años después de Titanic (1997) para realizar otra película narrativa. La tecnología no estaba lista para lo que él quería. Los documentales como Fantasmas del Abismo fueron su campo de investigaciones donde ensayar la tecnología que iba creando”....
Espera la segunda parte....
0 comentarios:
Publicar un comentario