El divorcio de una pareja de cisnes ha sorprendido a los conservadores del santuario de aves Slimbridge, situado en Gloucestershire (Reino Unido), que no habían visto un caso así en los últimos cuarenta años.
El descubrimiento se produjo cuando la pareja regresaba al santuario en su migración anual desde la Rusia Ártica. El cisne macho, llamado Sarindi, llegó volando sin su pareja de dos años, Saruni. En su lugar le acompañaba una nueva hembra, por lo que los expertos dedujeron que Saruni estaba muerta. Su sorpresa fue verla llegar poco después con otro macho. Tras observarlos durante unas horas, concluyeron que Sarindi y Saruni habían “terminado su relación” y que cada uno había “seguido con su vida”.
Este comportamiento es atípico en los cisnes, dado que habitualmente estas aves se emparejan de por vida, y sólo buscan un nuevo “cónyuge” si su compañero o compañera fallece. Al analizar las posibles razones de la separación, la investigadora Julia Newth y sus colegas han llegado a la conclusión de que podría tratarse de una medida “de emergencia” por no poder procrear.
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