sábado, 20 de febrero de 2010

Juan Salvador Gaviota


Esta entrada resulta triplemente especial para su amable escritora en primer lugar, porque con vuelvo a este fascinante mundo de las letras virtuales después de una dolorosa ausencia, después porque llegamos a la primer centena de entradas con poco más de 1000 (¡Sí, leyó ud bien! ¡Mil!) visitas y finalmente porque el día de hoy inauguro la sección de COLABORACIONES, siendo la primera la de mi muy querida amiga Sara a quien agradezco su trabajo acerca de un libro -que no he tenido la oportunidad de leer pero pronto lo haré- que habla de la capacidad de volar. ya sin más DISFRÚTENLO y sigan contribuyendo con este blog que es de todos ustedes.

IDEAL DEL SER HUMANO EN “JUAN SALVADOR GAVIOTA” DE RICHARD BACH

Comenzar con una síntesis de lo que trata el libro… para quien no ha leído “Juan Salvador Gaviota”… Aquella gaviota distinta a las demás, “diferente” porque ella lo quiso así, con deseos de ser y hacer más allá de lo que las gaviotas hacen. ¿Y que de diferente podía hacer? Claro esta! VOLAR, ser libre, aprender, etc.; estos eran los objetivos que quería alcanzar y lo logró.

Pero lo anterior no era permitido según las reglas y normas de su bandada ya que las gaviotas estaban destinadas para comer (esto constaba también una lucha entre ellas, ya que la comida se las brindaban los pescadores) y volar como cualquier otra gaviota. Las gaviotas que iban en contra de las reglas eran expulsadas de la sociedad. Eran desterradas a una vida solitaria. A Juan, lo expulsaron de su bandada por ir en contra de estas leyes. Tuvo momentos difíciles y de debilidad pero el supo salir adelante solo.

“Aprendió que un picado aerodinámico a alta velocidad podía ayudarle a encontrar aquel pez raro y sabroso que habitaba a tres metros bajo la superficie del océano: ya no le hicieron falta pesqueros ni pan duro para sobrevivir. Aprendió a dormir en el aire..., voló a través de espesas nieblas marinas y subió sobre ellas hasta cielos claros y deslumbradores... Aprendió a cabalgar los altos vientos tierra adentro, para regalarse allí con los más sabrosos insectos…

APRENDIÓ A VOLAR Y NO SE ARREPINTIÓ DEL PRECIO QUE HABÍA PAGADO” (Bach, Richard pág. 36)

Aprendió que es posible alcanzar la Utopía.

Aprendió todo lo que pudo en esta vida, en esta dimensión de todas las que existen. En el constante aprendizaje llega también el cansancio, Juan estaba cansado, pensaba que iba a morir, cuando de repente unas radiantes y hermosas gaviotas vinieron por él para que así terminará una etapa y comenzará otra.

Él pensó que era el Cielo, no era así, era simplemente otra dimensión en donde iba a seguir aprendiendo.

En esta dimensión el aprendió a volar a una velocidad increíble, rebasando tiempo y distancia. A volar pero con el pensamiento.

Pero el siempre recordaba su vida pasada y añoraba regresar para poder enseñarle a todos aquellos desterrados, como él, todo lo que se puede aprender en esa dimensión. Claro, también quería regresar para enseñarle a la bandada a ya no tener que lidiar con la comida y limitarse a volar solo a 30 metros sobre la superficie.

Juan quería abrirles el paso al conocimiento del paraíso.

Y cumplió, de la misma manera en la que alcanzó la Utopía y la perfección, el regresar a esa vida y poder compartir con aquellos interesados todo su conocimiento.

Primero comenzó con Pedro, otra gaviota desterrada, le enseñó y le guió. Pero el tenía que descubrir el significado de Volar, de la libertad, la perfección. Juan sólo le brindo su apoyo y su conocimiento, fue un guía y un buen maestro.

Se unieron más y más gaviotas a esta gran tarea de aprendizaje.

Juan Salvador Gaviota al ver que había sembrado la semilla en lo que fue su antigua bandada, siguió su andar hacia otras bandadas a seguir sembrando sabiduría y conocimiento.

De este texto se puede rescatar un ideal de ser humano integral. Un hombre y una mujer capaces de alcanzar sus ideales sin límites algunos siguiendo a su mente y su corazón. (Por este camino sigue la línea del ser dual del que nos habla Platón.)

¿A qué me refiero?

Me refiero a un ideal de ser humano que sea capaz de descubrir que es lo que le gusta, crearse sueños, metas y/o expectativas y emprender la búsqueda para poder alcanzarlos; a pesar de que siempre van a haber obstáculos que quieran impedir la realización de éstos; a estas barreras se les debe de crear una salida sin afectar ni lastimar a nadie.

En este punto me refiero al pensamiento de Aristóteles cuando habla de la Virtud:

Se alcanza la virtud cuando:

  1. Haces aquello que te haga feliz
  2. Si eso te gusta
  3. Si lo haces sin depender de los demás

Es un ser humano que como cualquier otro, va a tener momentos de debilidad ó sentimientos de fracaso, pero debe ser capaz de superarlos, levantarse y seguir en el camino de alcanzar sus sueños y metas.

Algunas veces se ha de tocar fondo en el fracaso (se debe estar conciente de este probable hecho), pero este tiempo hay que aprovecharlo para reflexionar.

En este aspecto también me guío en el pensamiento platónico cuando nos habla de las tres partes del alma:

  1. Razón: Reflexión constante
  2. Valentía: Fortaleza
  3. Apetitos: Templanza

Así como en el pensamiento aristotélico, el cual habla del autoconocimiento, el autoestima (el valor que tenemos por nosotros mismos), la autorregulación y el autocontrol.

Encuentro un ser que cuando cumpla las metas que se había propuesto, no deje de proponerse más y más. Un ser en búsqueda de su perfección.

Debe de ser un ser humano que tenga la voluntad de compartir su conocimiento con los demás. “Sólo quiero compartir lo que he encontrado, y mostrar esos nuevos horizontes…”

También debe ser un ser humano humilde, ya que no debe de esperar honores, ni esperar el papel de líder.

Un ser que cierre ciclos de vida. Y que entre a otros con la mejor disposición al aprendizaje y al crecimiento. Donde los retos no paran y el aprendizaje no acaba nunca. Donde hay nuevos desafíos, nuevos horizontes, nuevos pensamientos y nuevas preguntas.

Un ser que no olvide sus raíces, ni donde se comenzó a formar, así haya sido un lugar y con personas que lo apoyaron o no.

Un ser que reconozca que no esta solo, que siempre va a haber alguien que lo acompañe en las distintas etapas de su camino, de su andar.

Un ser humano que se crea lo que es, que tenga fe en sí mismo y se tenga confianza.

Un ser humano que trascienda en lo cognitivo pero también en lo emocional; que sea capaz de vincular ambas en su vida.

Un ser que se eduque a sí mismo; siguiendo la línea de George Gadamer. Que sea el principal actor en su propia formación como individuo o sujeto sin olvidar que siempre se forma el individuo mediante la comunicación con los otros.

El autor hace una dedicatoria al inicio del texto que dice: “Al verdadero Juan Gaviota, que todos llevamos dentro”

A ese verdadero ser que tenemos en nuestro interior, que nos impulsa a alcanzar nuestras metas.

No es un ideal de hombre y mujer inalcanzable; solo hay que aprender a conocernos mejor.

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