miércoles, 2 de junio de 2010

Las ardillas adoptan.


Un equipo de científicos de las universidades de Guelph, Alberta y McGill, en Estados Unidos y Canadá, ha comprobado que las ardillas rojas (Sciurus vulgaris) adoptan a las crías que han perdido a sus madres.

"Los animales sociales, como los leones o los chimpancés, están siempre rodeados de sus parientes, y no es extraño que una hembra adopte a un miembro de la familia huérfano, porque han pasado mucho tiempo juntos" explica Andrew McAdam, biólogo evolutivo y coautor del trabajo. "Pero las ardillas rojas viven casi completamente aisladas y son muy territoriales. El único momento en que dejan que otra ardilla entre en su territorio es cuando las hembras están listas para aparearse", añade. Sin embargo, el estudio, publicado en Nature Communications, revela que estos animales peludos tienen un lado altruista y que son capaces de adoptar a crías huérfanas siempre y cuando estén emparentadas.

Profundizando en el fenómeno, los científicos han comprobado que la adopción entre ardillas ocurre sólo cuando la madre muere y hay alguna ardilla cerca criando. "Desde el punto de vista evolutivo cabe preguntarse por qué un animal adoptaría a otro en lugar de dar prioridad a su propia descendencia, que es la que le permite propagar copias de sus genes", reflexiona McAdam. En el caso concreto de las ardillas, "vemos que sólo acogen a huérfanos si llevan al menos un porcentaje de sus mismos genes (sobrinos, primos, nietos...)". Aunque también resulta sorprendente que las ardillas sean capaces de distinguir a sus parientes, admite McAdam, ya que normalmente no interactuan unos con otros. "Sospechamos que aprenden a distinguir a los familiares por las llamadas, por los sonidos específicos que emiten", añade el investigador.

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